Hoy desde mi ausencia, mi presencia impregna el cielo y el infierno, el infierno de mi no existencia. Sólo te bastará con recordar mi sonrisa tibia, mis ojos mansos y la suavidad de mi piel: me encontrarás volando por el aire, convertida en una bella pluma blanca, que recogerás cuando te sientas triste, y la pondras bajo tu almohada, cuando quieras soñar conmigo y con nuestro amor.
No desesperes, lentamente, el olvido tocará a tu puerta,teñirá tu cuerpo y tambien el mio, y transformara mi recuerdo, en un suspiro permanente.-
M. D. 1997
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